La pará en Villamanrique; recibe la luz de un nuevo día; la brisa del coto ya acaricia mi cara. Los jinetes se preparan, los romeros se van acercando al Simpecao. Hoy toca un día duro. La Raya Real.
Mi hermandad alegre como ninguna aprovecha una sombrita pa templar las gargantas, la mayoría rotas de la noche anterior; y a continuación las pesadas arenas.
Arenas eternas y largas, Peregrinos de lento caminar junto al Simpecao; Raya Real
Camino de polvo y arena, corazones desgarraos y lagrimas en las mejillas; Raya real
Saludos entre Hermandades y caminar, siempre caminar. Con la mirada fijando el surco y la mente puesta en ella.
Estela de luz y esperanza va dejando el simpecao entre una nube cegadora y al final Palacio.
OSU CHIQUILLO, CUANTO POLVO DEL CAMINO.
ResponderEliminarSALUDOS
Mucho y bueno, don Paco... mucho y bueno.
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