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lunes, 10 de mayo de 2010

Al puente de la Algaba pasando por el puente de los vinateros

Hoy inicio un apartado mas dentro del Blog, por que montar en bicicleta es otra vivencia más, dentro las cositas que me gusta contarte.

Hace un par de semanas me sorprendí a mí mismo, de cómo voy cogiendo confianza encima de la bicicleta y voy ampliando trayectos con el paso del tiempo. Salí desde Camas, atravesando el parque de la antigua estación de ferrocarril, siguiendo por el antiguo trazado de la línea Sevilla-Huelva. El primer tramo es un moderado ascenso hasta la altura del Barrio de La Cruz.

Fue en este momento donde cometí mi primer error, en vez de bajar a la derecha en busca del carril que sale desde el cementerio de Camas , continué la antigua línea férrea, encontrándome con varios metros del antiguo balastro de la vía, intransitable para la bicicleta, por lo que ese tramo lo hice a pie, tirando de mi veloz compañera. Mi sorpresa más adelante fue el no encontrar un carril a la derecha que según mapas descendería hasta el carril del cementerio, por lo que ante mi negativa de volver sobre mis pasos, opte por ascender un gran tramo de cuesta hasta conectar con la vía del Agua.

Tras el esfuerzo de la cuesta, la cosa ya se normalizo, menos mal. A través del carril me puse en dirección a Valencina, por un trazado de sube y baja suaves, donde varios ciclistas me adelantaban velozmente, ole sus huevos…

Mi intención era llegar hasta el puente de la Algaba, por lo que no me quería desviar mucho de lo marcado en mi mente. El trazado estaba rodeado de campos verdes, cultivados en su mayoría cereales. Pronto me encontré con la carretera baja de Valenciana hasta Santiponce, me incorporo a ella hasta la entrada de la localidad poncina y cogiendo a la derecha ya encuentro la vía verde de Itálica.



Tras recorrerlo un par de kilómetros calculo, llegaría hasta el puente de los vinateros, en este lugar me tuve que parar y observar el lamentable estado que presenta antes de cruzarlo. Es un autentico peligro su estado y por ese lugar pasan muchísimas personas tanto en bici como haciendo senderismo. Si algunas vez pasas por este lugar crúzalo ligerito.

Una vez cruzado el puente cogí a la derecha ya en busca del objetivo marcado, bordeando las ruinas de itálicas por un carril en muy mal estado, que además estaba siendo llenado de escombros para eliminar los muchos baches y socavones existentes.


Una vez encontrada la antigua carretera de la ruta de la plata me encamine hasta el puente de la Algaba, al que llegue sobrao de fuerzas, sorpresa para mí mismo. Para celebrarlo, recorrí unos tres kilómetros por el camino que nos lleva a Guillena, muy transitado de peregrinos, pero muy recto y aburrido, por lo que me detuve en un antiguo puente derrumbado que había cerca del margen del Ribera de Huelva.

Volviendo sobre mis pasos me detuve a descansar tranquilamente debajo del puente de la Algaba, el antiguo.

Durante ese tiempo observe la torre de Emasesa que hay siguiendo el cauce del rio y me acerque en bici hasta él. Un camino bien cuidao entre cañaverales y eucaliptos, pero que termina a la llegada a la estación de bombeo, por lo que tuve que dar marcha atrás no sin antes pararme en otro puente viejo junto a la estación. A partir de aquí ya puse rumbo de vuelta hasta Camas, no sin antes hacer una paraita en Santiponce, concretamente en el Monasterio de San Isidoro donde me tome un descanso en su magnífico patio de naranjos en flor, una gozada para la vista y el olfato.

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